
Siempre Argentina
Envejecer nos demanda condiciones de adaptación al entorno, pero también el entorno se debe adaptar a nuestras nuevas capacidades. Por caso, los adultos mayores suelen tener dificultades para moverse, para ver o recordar, y necesitan que su casa se adapte a su condición y que les garantice la mayor autonomía, seguridad y calidad de vida.
“Para los adultos mayores, las viviendas pueden ser fuertes aliadas o enemigas", explica el arquitecto Eduardo Schmunis, Director del Centro de Investigación y Asesoramiento sobre el Hábitat Gerontológico de la Sociedad Central de Arquitectos.
“En principio, lo ideal es que el adulto permanezca en su propia casa, la de toda la vida, mientras sea posible. Para eso se necesita que la vivienda sea apta para ser habitada por una persona con condiciones psicofísicas específicas”, destacan los arquitectos Juan Manuel Escudero y Luis Daniel Passantino en el trabajo “Los viejos en su casa, en su ciudad” (del equipo de investigación "Hábitat y comunidad para la tercera edad de la Facultad de Arquitectura Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Mar del Plata).
Según la Organización Mundial de la Salud, “los ancianos son quienes corren mayor riesgo de lesión grave por caídas”. El organismo atribuye la magnitud del riesgo a “la falta de adaptación del entorno a las necesidades de la población de edad avanzada”.
Si bien la discapacidad o dependencia pueden ocurrir a cualquier edad, efectivamente los adultos mayores son proclives a sufrir caídas y otros accidentes domésticos. Con lo cual, su hogar va a requerir de algunas intervenciones para prevenir accidentes.
Los especialistas coinciden en identificar al baño como el ambiente más peligroso de la casa para un adulto mayor. Schmunis detalla a continuación algunas recomendaciones y reformas para implementar en cada ambiente.
Eliminar la bañera y reemplazarla por un espacio de ducha con un piso antideslizante, duchador manual y agarraderas. Teniendo en cuenta que este ambiente es el que requiere de mayor presupuesto, Schmunis aconseja encarar la reforma considerando que las limitaciones del anciano serán cada vez mayores: “Quizás no lo necesite ahora, pero en un futuro seguramente será muy peligroso para esa persona entrar y salir de la bañera, aún con ayuda”.
En la ducha se puede instalar un banco rebatible o utilizar una silla con respaldo y apoyabrazos de buena calidad (evitar el hierro y el plástico, las de aluminio con asientos de plástico y con patas regulables son las mejores). También es aconsejable reemplazar la cortina de baño por una mampara corrediza o de abrir, de un material que, en caso de rotura, no lastime.
Se debe asegurar el ingreso al sector con silla de ruedas o andador. Para eso, la puerta debe dejar un ancho de paso libre de no menos de 80 cm, estando abierta. Considerando que en los departamentos los baños suelen ser pequeños, también se puede eliminar el bidet y usar el duchador manual o un bidematic, usando el inodoro para recibir el agua utilizada. Al retirar la bañera y bidet, será posible ingresar al baño con un andador o una silla de ruedas y permitirle su giro completo (necesitan 1,50 metro). Si el usuario de silla de ruedas necesita acercarse bien al lavatorio, retirar el pie y colocarlo con ménsulas.
Un elevador para inodoro resultará más cómodo para las personas operadas de la cadera. También es conveniente colocar barrales de seguridad a los costados del inodoro (el que está del lado de la transferencia desde la silla de ruedas, debe ser rebatible). Es conveniente quitar la cerradura de la puerta del baño y que sea corrediza o abra hacia afuera para facilitar el auxilio de una persona que se haya caído dentro del mismo.
En ambientes como cocina y lavadero es fundamental que los pisos sean antideslizantes tanto secos como mojados. Conviene bajar la alacena a unos 40 cm sobre el nivel de la mesada para que todo el contenido le quede más a mano. Si hay un usuario de silla de ruedas, sacar un módulo del mueble bajo mesada para que se pueda acercar a ella. Ubicar en un lugar visible un pequeño
matafuego y colocar sensores de temperatura, de humo y de pérdida de gas, confiere más seguridad.
Para los dormitorios es recomendable, en general, evitar todo tipo de alfombras o carpetas que estén sueltas. “Lo mejor es no tener alfombras, ya que son refugio de ácaros que producen alergias y son difíciles de limpiar”, señala Schmunis. La altura de la cama debe ser de entre 45 a 50 cm de altura (se consiguen suplementos para las patas). Si la persona tiene sobrepeso, puede ser conveniente colocar una pata central bajo el elástico de la cama. En el caso de necesitar algún tipo de contención, considerar la colocación de media baranda.
La mesa de luz no debe tener vidrio ni bordes agudos o filosos, pero si contar con una linterna en la mesa de luz o una luz vigía en el dormitorio (preferentemente embutida en la pared y a unos 25 cm del nivel del piso) y en el paso hacia el baño, para aquellos que suelen ir al baño durante la noche.
Los cajones deben estar colocados entre 40 y 80 cm de altura y con correderas que aseguren su buen deslizamiento. Los estantes deben estar separados a no menos de 25 cm entre sí, con el estante superior a un máximo de 1,45 m de altura. A pesar de estas restricciones, se puede aprovechar mejor el espacio de colgado incluyendo dos barrales superpuestos que puedan bajar y subirse a través de un bastón.
Estar comedor: en primer término, despejar los espacios de circulación habitual. Eliminar todos los muebles que sea posible, especialmente los más pesados, difíciles de mover y limpiar. Mantener los pasos libres de elementos que puedan provocar tropezones o golpes en distintas partes del cuerpo. Los muebles muy bajos deben evitarse tanto por ser de difícil visualización como de uso y limpieza. Tener siempre cerradas las puertas de armarios y los cajones de muebles, fundamental para cuidar a las personas con discapacidad visual.
Las sillas y sillones deben tener apoyabrazos y respaldo, con el nivel del asiento entre 45 y 50 cm de altura, y una leve inclinación hacia atrás. Los apoyabrazos deben estar a unos 17 a 19 cm por encima del plano de asiento y prolongarse hasta el borde. Conviene que las mesas tengan cuatro patas. Si el apoyo es central, verificar que éste sea suficientemente pesado para asegurar la estabilidad. Se recomienda también que tengan bordes y ángulos redondeados y diferenciados por color, tanto de la superficie de uso como del plano del piso.
En todos los espacios de la casa asegurar una buena intensidad de iluminación tanto natural como artificial es igual de importante. La iluminación debe ser pareja y no generar áreas con sombras. Evitar los brillos y los destellos que suelen producir confusión. La instalación eléctrica debe tener disyuntor y puesta a tierra. Si la vivienda es antigua, seguramente los cables sean de tela y deban cambiarse para mayor seguridad.
Es conveniente generar contrastes de figura y fondo, así como utilizar colores suaves y contrastantes entre las paredes de los ambientes y los pisos, los marcos de las puertas y con las llaves de luz.